LO ACCESORIO SIMBOLIZA LA RESPUESTA MÁS SIGNIFICATIVA. LOS BOTONES DE PANICO, SON LA ESPERANZA, HASTA “NUEVA ORDEN”
Por: Israel López Chiñas
El pánico está pendiente. En ese triste juego de lo posible y lo imposible en materia de seguridad pública, participan los sectores con intereses muy especiales. Los “botones” de pánico para las empresas e instituciones, sin la prueba del añejo ni tampoco los estudios serios, resultan un bonito souvenir porque los gobiernos no han garantizado que van a responder de inmediato a los timbrazos, ni han revelado quién o quiénes estarán atendiendo los llamados porque se corre el riesgo que la población se desencante del futuro que les vienen vendiendo con ese plan, un simple escudo.
La realidad si colabora. Frente a las urgencias ¿a quiénes atenderán las policías en primer lugar, en el segundo, etc.? Porque el secretario de Seguridad Pública, Alvar Cabeza de Vaca, está dotando botones de manera indiscriminada como en fiestas sociales, un distintivo cual juguetito. ¿Qué dirán los buscadores de pestillos de pánico cuando sepan que el secretario, no se presentará para atenderlos a la hora que le puchen?. Los comerciantes piden y piden, sin caer en la cuenta que le hacen el juego a la autoridad, cuando el gobernador Miguel Márquez y su secretario Alvar Cabeza de Vaca, no les han revelado el secreto de su plan Escudo.
Lo accesorio no es estratégico. El botón de pánico forma parte del equipo comprado por el gobierno estatal; indica cómo están operando; pero está lejos del envió de personal a los lugares donde se activen y necesiten de la policía. La atención a los ciudadanos no depende del souvenir, sino de la capacidad de reacción de la corporación más cercana de los hechos, y eso está subordinado a la actuación puntual de las policías, y siguiendo los protocolos para cada caso. Los botones no tienen vida propia ni forman el sistema de mando para atender y prever que el ciudadano sea atacado.
SESIÓN PARA CATATÓNICOS. El poder de la verdad. El arma mortal del gobierno de la entidad, en particular, el secretario de seguridad, no son los botones de pánico ni el resto de accesorios o equipo electrónico, sino la sociedad, que no los mande a volar antes del fin de sexenio, porque pueden sobrevenir, las resistencias ciudadanas que ofrecen diferentes rostros, en cada uno de las entidades del país. Ante las improvisaciones en materia de seguridad pública, sería menester que los tres niveles de gobierno, se pongan al tiro, a fin de que en este momento, no desaproveche los juguetitos, para entender que se requieren policías que no se distraigan, con nimiedades ni con los jefes ignorantes.
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