viernes, mayo 23, 2014

Sinfonía del. Fauno MDCLVIII

LAS FUERZAS DE SEGURIDAD PÚBLICA, ANDAN EN ZANCOS. LOS GOBERNANTES SIGUEN EN LA ESPERANZA DE QUE ALGUNO VA A SALVARLOS

Por: Israel López Chiñas 
 
Conglomerado a la moda. A pesar de que las autoridades, han convertido su magra economía en una de guerra, pues antes de hacer las investigaciones sobre las necesidades de la población que están gobernando, fracasaron porque les gana la promoción de armas, municiones y equipos para crear la ilusión que atienden y proveen seguridad pública. Como la industria bélica es un gran negocio que solamente le importa vender, las necesidades reales para el encare de la inseguridad en municipios, entidades y país, penden de la propaganda y dedican sus campañas en convencer a los gobernados, electorado, que atacar efectos es la solución.
Unas divisiones perdidas. De acuerdo con la historia del arte militar, las derrotas de las batallas, se pueden localizar en el manejo de las tropas, desde la conformación de las unidades, capacitación hasta la conducción de los mandos. Y lo más fino de la interpretación; por mucha capacitación que reciba el personal, sin conductores aptos que conozcan los integrantes de las corporaciones, no se tendrá éxito en la operación. La falta de respeto al detalle o la ausencia del interés en los tres niveles de gobierno, estará conduciendo a nuestras policías a la inanición, y la obsesión, será seguir en la inercia, aunque contenga la gran carga de descrédito.
A más de dos décadas. Durante mucho tiempo la piedra en el zapato de los gobiernos, consiste en que la mayoría está a la espera del maná del cielo; que otros les resuelvan sus problemas. En la lógica de que la seguridad pública, es un asunto de estado, incluso del orbe, los alcaldes por regla general, a la primera provocación, exigen que las fuerzas armadas les resuelvan los problemas, asuntos a los cuales deben de ofrecer solución. Con ese esquema en el ejercicio del poder, los gobernantes, cometen la caterva de errores. En los últimos años se agudizaron las crisis de las policías pero nuestra autoridades con cambian solo las apechugan.
 
SESIÓN PARA CATATÓNICOS. Disparar en defensa. En el gobierno de Miguel Márquez, salvo excepciones, las corporaciones estatales, no pueden presumir, que cuentan con el personal y los jefes para desplegar las operaciones básicas con altas probabilidades de éxito. Alvar Cabeza de Vaca, se obsesionó o esperanzó que el equipo tecnológico adquirido, generará las condiciones de seguridad deseadas; en lo singular, es su tablita de salvación porque está muy cuestionado. Los errores ganan, pero la idea de seguridad pública del gobernante, es la misma; la respuestasaldrá de la bolsa del mandado, de la economía de guerra, gastando.

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