EN SU MADUREZ, PROTECCIÓN CIVIL, DEBERÁ DE CENTRARSE EN LO PREVENTIVO. LA INTENCIÓN ES MENGUAR LA FUERZA DE LA NATURALEZA
Por: Israel López Chiñas
Un día difícil como hoy. A protección civil, la vimos nacer hace 28 años, crecer y desarrollarse, en la lógica de actuar después del desastre a favor de la población en desgracia; en su madurez no se le requiere en esa línea, sino jugando un papel importante para recrear la cultura de la prevención. Por las actuales circunstancias, la administración pública deberá de ejercerse con una visión de estadista, con la finalidad de que los proyectos preventivos, sean los puntos de partida del trabajo cotidiano de todas las instituciones del poder público.
La nueva cartilla. La prevención debe estar en la educación, en la seguridad pública incluido en las finanzas, en cada una de las partes que forman las columnas de la administración pública, pero que no deben hacerse en la improvisación que ha sido las prácticas de nuevas administraciones, entrenadas desde las oposiciones en el marco del neoliberalismo, a partir de la alternancia en el poder propiamente para vengarse. La percepción sobre el poder público debe servir para fortalecer las instituciones y no como muchos buscan, ejercer el poder para roer sus bases; los prejuicios ideológicos no sirven para el fomento paulatino de una nueva cultura de la prevención.
Por la reeducación. El sistema de protección civil deberá de constituirse en lo preventivo y no precisamente para tapar el pozoluego del niño ahogado. El país tiene que ser reformado en muchas de sus áreas, especialmente en el reordenamiento territorial que implica una evaluación de sus construcciones, infraestructuras y resistencias de materiales para aterrizar en el control de uso del suelo; la zona de los outless (ofertas de calzados) en León que con cada aguacero se inundan no está atendida ni para su arreglo ni para las reubicaciones. En una lista similar están sus gasolineras, escuelas y los hospitales.
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