miércoles, enero 31, 2007

Radio Pasillo del 31 de Enero de 2007

EJECUCIÓN DE DOS AGENTES MINISTERIALES, PARTEAGUAS DE LA PREACARIEDAD DE JEFES DE LA SEGURIDAD PÚBLICA EN GUANAJUATO

Por Israel López Chiñas



Ningún comandante podrá justificarse con los errores de sus subordinados (Máxima militar). Los homicidios o ejecuciones de un par de agentes ministeriales del estado, en Comonfort, quienes han pasado a embarazar las estadísticas sobre la comisión de delitos perpetrados por sicarios del crimen organizado, ha colocado a la joven administración de Guanajuato, de Juan Manuel Oliva, entre la espada y la pared, pues en está ocasión es el personal de la Procuraduría de Justicia local, la que fue agredida, sufrió bajas, debido a la falta de idea en la planeación de operaciones, andaban solos y sus almas.

El jefe de las fuerzas de seguridad estatales, el gobernador y, también, su gabinete, además de su obligación de combatir delitos del fuero común y cargar con la atención de los crímenes del orden federal, ahora tendrá que cuidar a su personal ya que se ha convertido en blanco de los delincuentes, estorban o también están enredados. Falta claridad al caso.

Los homicidios de policías ministeriales pusieron en alerta máxima a la Procuraduría del Estado, a decir de su titular Federico Chowell Arenas porque asesinaron elementos de su corporación, del gobierno, cuando la alerta debió darse en todo momento ante la escalada de violencia del primer mes de este 2007; incluida la pareja suman 10 ejecutados.

El silencio primario de responsables de la seguridad sobre lo que sucedió y la posterior revelación de que los agentes fueron ejecutados con tiro de gracia en la cabeza, podría no corresponder a la tesis de que el presunto responsable era un supuesto asesino al que fueron a buscar, sin apoyo, en todo caso, en su estrategia de captura, los ministeriales. La verdad que emerge por su peso, apunta sobre un grupo armado al que se refirió Chowell sin abundar en su origen.

El costo para la sociedad de Guanajuato respecto a la integridad de sus habitantes, así como de la propia policía que no está lista para enfrentar al crimen organizado, es muy alto ante el dislate de sostener por motivos políticos, un estado de inmaculación en todo el territorio estatal de parte del gobierno panista. El crimen no sabe de colores.

Israel López Chiñas, quien apenas empieza a comprender que los motivos de las ejecuciones de los agentes estatales, son parteaguas que ofrecen la precariedad de la seguridad, cree que hubo errores en la operación que realizaban, Jorge Alberto Enríquez y Eduardo Reyes, debido al exceso de confianza de sus jefes, quienes ni siquiera les prestaron auxilio a la hora difícil.

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