Sinfonía del Fauno MMCCCCXXVII
Por: Israel López Chiñas
Cuestión de cálculos renales. Debido a la desatención de la dirigencia nacional, el priismo del Estado de Guanajuato que enfrentará una elección por la gubernatura harto compleja en contra del panismo gobernante, está siendo aquietado porque el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) “no lanzó a tiempo” la convocatoria para obtener al candidato al puesto. Mientras el Presidente Nacional Enrique Ochoa Reza atiende asuntos propios de la Administración Federal y cuestiones afines en la Ciudad de México, atempera la fuerza tricolor en el territorio guanajuatense, pues le resta más de cuatro días a la campaña promoción interna de los aspirantes al gobierno de la entidad, que significa la promoción de su partido entre la ciudadanía.
Ante la tormenta, cerrar los ojos. Está claro que la utilización de embajadores a las entidades de parte de la Representación Nacional priista, cayó en desuso porque la Delegada Nacional, la Senadora Graciela Ortiz, solamente ha recurrido al enredo de pitas; sin un trabajo serio para la unificación de criterios entre grupos y el fortalecimiento del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI, la chihuahuense luego de su presentación por internet en mayo pasado, similar a cualquier otra “cometa”, se ausentó para aparecer tratando de imponer disciplina cuando los ánimos se desbordaban. Los tricolores acostumbrados a la anarquía, porque no han ganado la gubernatura desde 1995; salvo variaciones como en 2012 cuando Bárbara Botello ganó León.
Un juego de estrellas, tardío. El PRI de Guanajuato que dirige Santiago García López, está consciente -buenos y malos- que el panismo en poder del estado se les adelantó con “campaña anticipada” del delfín del gobernador Miguel Márquez, razón por la cual lo denunciaron ante las autoridades electorales por el posible uso de recursos públicos para promover su imagen, incluso ante la Procuraduría General de la República (PGR). A pesar de esa circunstancia, pareciera que Ochoa Reza le está limando las uñas a sus dirigidos en el estado de Guanajuato, en donde su partido, es la eterna primera minoría. Ni Chela ni los visores de Ochoa -los traedores de rumores y chismes-, fueron capaces de articular un análisis electoral serio para la ocasión.
SESIÓN PARA CATATÓNICOS. El dedazo tiene pautas. El regazo de las actividades de los aspirantes del PRI al gobierno del Estado, al congreso local y a los ayuntamientos, no se debe a Graciela Ortiz porque es subordinada y depende del novato Ochoa Reza, pero debió mostrarse para hacer trabajo conjunto con las diversas corrientes del partido político. Se especializó en conflictos, y con respuestas compensatorias, que alcanzaron incluso a la Delegación de la Secretaría de Gobernación. Para “rotular”. Hace seis años, aterrizó al Estado de Guanajuato un amigo del virtual candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, quien trabajó intensamente para conseguirle votos, y de paso, apoyar a los tricolores de la ciudad de León para conseguir un éxito. El tipo, Luis Videgaray Verdad, el Canciller de México.
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