POR EL BUEN NOMBRE DE LOS GOBIERNOS DE LA FEDERACIÓN Y ENTIDADES, DEBEN RECLAMARSE LOS RECURSOS COMPRADOS CON LAS OUIJAS
Por: Israel López Chiñas
El aparatito mágico. Hace más o menos cuatro años se hizo de conocimiento del público la adquisición de un aparato que iba a resultar el guardián de la seguridad para los ciudadanos del país durante las 24 horas; en el estado de Guanajuato, el gobierno estatal hizo notar el hecho. Hasta donde se informó, el equipo obtenido que serviría para la detección de bombas, drogas y armas, se pagó regularmente; sin embargo, a nivel internacional irrumpió un escándalo de parte de los ingleses que emulando a los españoles de la conquista, les vendieron cuentitas de vidrios a los mexicanos, encarnados en la Ouijas del Diablo. El gobierno olivista pagó 345 Millones de Pesos.
Para salvar el honor. Es el aparato cuya sofisticación agradó al gobierno federal y 27 gobiernos estatales, poco duchos en ciencia y tecnología. Resulta oportuno, luego de conocerse en los medios de información nacionales, hace siete meses y en los internacionales hoy que esos aparatos para detecciones fueron un fraude, el gobierno de Guanajuato encabezado por Miguel Márquez, debe de hacer el reclamo correspondiente; no deje pasar el momento pues la operación fraudulenta fue consumada a expensas del presupuesto estatal; que el señor M, no haga mutis como el Auditor del Órgano Fiscalización Mauricio Romo Flores con los involucrados en las anomalías en cuentas pasadas, quien hizo como que la virgen le habla.
Cayeron en tentación. La administración pública estatal no debe dejar pasar la ocasión para aplicarle el Cero Tolerancia, a los modernos blancos y barbados del norte del planeta que le vieron la cara de ingenuos a los gobernantes, y les robaron muchos millones a los encargados de la seguridad pública de la federación y los estados que pusieron la cuota exigida por Mil 112 cajas huecas con antena. El 2 de julio pasado, el juez del caso, Richard Whittam, develó que esa empresa que les ven dio el detector engañó a sus clientes, al mentir sobre sus propiedades. La Ouija del Diablo, fue sembrada como capaz de registrar moléculas de narcótico, tabaco, marfil, dinero y explosivos, entre otros pero solo resultó una caja con antena.
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