Sinfonía del Fauno MMCCCLXXV
Por: Israel López Chiñas
Clase política sin respuestas. Mientras los diversos sectores de la sociedad realizan sus mejores esfuerzos para atender la “emergencia nacional”, encarando las contingencias en todos los estados y Ciudad de México, afectados por los sismos de septiembre, constituyendo una vanguardia de las autoridades, la clase política no logra concebir cuáles son sus funciones en la desgracia. En los escenarios devastados, donde se expresa la solidaridad con más fuerza debido a la búsqueda y rescate de personas, se esperaba, quiérase o no, surgieran las respuestas para satisfacer las necesidades que se van multiplicando ante el crecimiento de las franjas de altísimo riesgo; sin embargo, los políticos todavía no tienen respuesta sobre los problemas.
Los plazos se van acortando. Lo expuesto, o lo que observan de nuestro país en otras latitudes, es que la sociedad, mano con mano, mantiene dentro sus capacidades y posibilidades al país en pie; pero se carece de la salida radical a las cuestiones, esa que levante el ánimo, porque habrá recursos suficientes para la reconstrucción nacional; esa salida sería el rescate de la clase política que tiene las peores calificaciones con o sin temblores, y que se muestra indolente ante los dolores de la población. La clase política nacional no ha dejado trabajar desde el 19 de septiembre, recreado por medio del rumor, chisme, y ausencia de posibles soluciones, otro escenario de las circunstancias de México, en una nueva era de la reelección, que sí impusieron.
Voces de la Clase del 2017. Ahora resulta que al Poder, o sea al pueblo de México, la clase política ante las desgracias debe de responder con dádivas; los discursos de los propietarios de los institutos políticos es que “donaran” los recursos públicos destinados a las burocracias partidarias y a las campañas, para que la nación salga adelante. Los representantes de las fuerzas políticas, no pueden definir el destino de los recursos porque no les corresponde hacerlo, ni tampoco son de su propiedad, ni el país requiere de salvadores de México durante la coyuntura. Esos desfiguros que hacen los encargados de los partidos con coreografía desgarradora, es la parte sombría de la desgracia.
SESIÓN PARA CATATÓNICOS. Respuesta de largo plazo. En tanto los legisladores, Senadores y Diputados Federales, y Locales, se “devanan el caletre” para encontrarle la salida que requiere el laberinto de desgracias; pero, también traen en sus alforjas las grandes tareas, entre las que brotan la inseguridad y violencia, porque también son poder y su función principal, es fiscalizar la aplicación de recursos por medio de los planes y programas, por los cuales fueron solicitados. Una verdad con “carga ideológica”, es que los partidos políticos mexicanos en el marco que les montaron los grandes sismos del septiembre y sus miles de réplicas, no les gusta para abrir el debate sobre la nueva realidad, ni unir sus esfuerzos para un Frente Común para hallar las respuestas de momento, a mediano, y largo plazos.
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