RAYUELA PANISTA.
LA LUCHA POR ESE PODER SE DIRIME ENTRE QUIÉN ESTÁ CERCA Y QUIÉN NO.
LOS CALDERONISTAS, CON FINES NO PARTIDARIOS
Por: Israel López Chiñas
LA LUCHA POR ESE PODER SE DIRIME ENTRE QUIÉN ESTÁ CERCA Y QUIÉN NO.
LOS CALDERONISTAS, CON FINES NO PARTIDARIOS
Por: Israel López Chiñas
El peor de los pecados. La constante en el proceso interno del PAN que concluye en este mes, resultó el vínculo de los aspirantes a la dirigencia nacional con respecto a Los Pinos. Mientras el competidor, cofrade de Felipe Calderón, Ernesto Cordero, insiste en evidenciar la cercanía del descendiente del prócer con el partido en el poder, el pecador ni se inmuta y al estilo de Diego Fernández, durante el sexenio de Carlos Salinas, el reeleccionista Gustavo Madero, viene insistiendo que gobiernan el país junto al presidente Enrique Peña Nieto.
Frutos del mismo huerto.
Solo los políticos bisoños, no han caído en la cuenta, la importancia
que tiene la relación con el poder que confunden con acercamientos no controlables;
no desean que los opositores, incluso de partido político puedan
tenerlos. La clase política está anclada en esos trotes porque los
poderes fácticos,
primero les ponen el coco si emplean el vínculo catalogado como las negociaciones en lo oscurito, y pecaminoso; después les exige que deben mantener una línea moderada, con el fin de mercadear las resoluciones porque es lo racional. Los políticos tendrán que dejar de ser rehenes.
La vanguardia siendo la tras.
La incertidumbre en el partido conservador PAN, con los comicios y
enconos internos entre aquellos que habiendo tenido la oportunidad de
modificar las relaciones, ahora se inscriben exigiendo orden en el
territorio donde gobernaron. Vemos repetirse los enfrentamientos en el
pasado que deben de culminar con acercamientos entre las fuerzas
políticas, para que se atiendan las proyecciones por los
procesos constitucionales de 2015 y de 2018. La interna del PAN, entre
Ernesto Cordero y Gustavo Madero, era una ocasión para el panismo boca
bajeado, de enderezar el barco, pero ante los intereses no partidarios,
van camino al fracaso
SESIÓN PARA CATATÓNICOS. Un anclaje peligroso. El padrinazgo del ex presidente Felipe Calderón, del suspirante Ernesto Cordero, resulta el agitador
del proceso blanquiazul y los intentos por proteger actuaciones del
pasado inmediato, en consecuencia la preocupación de los opositores a
Gustavo Madero, no se circunscribe en un proyecto partidario, sino de
una familia que busca salvarse de los errores y por lo cual necesita de
un partido político. De ahí los encares del grupo opositor que por
cierto no
tiene las manos amarradas porque tienen mantiene muchos nexos con las
redes de los poderes. Al estilo del populacho, se podría afirmar que
tienen más los ricos cuando empobrecen que los pobres cuando enriquecen.
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